miércoles, 19 de enero de 2011

Ensalada existencial

Últimamente he visto algunos documentales que se suponen dan respuesta a algunas cuestiones existenciales. Hablan de física cuántica, de que todos somos uno, que estamos conectados, que somos espíritus divinos, que nuestro cuerpo y la salud están íntimamente ligados a las emociones, etc. Estas respuestas crean en mí otras mil preguntas que no tienen respuestas.
Algunos maestros, o sabios modernos dicen que somos un espíritu, ligado al alma universal que depende de un vehículo que es nuestro cuerpo. Que estamos aquí para aprender, para evolucionar, y para descubrir quienes somos realmente. También dicen que ya existíamos antes de encarnar y que elegimos en quien encanarnos y a los compañeros de nuestra vida.
Y digo yo, si somos espíritus eternos ¿para qué queremos aprender? ¿Cuál es el propósito de evolucionar? Si somos espíritus divinos ¿por qué no podemos crear la vida que queremos? Si todos somos amor ¿por qué algunas personas son tan crueles? ¿Cómo se puede vivir sin entender el sentido de la vida?  
Es verdad que cada uno de nosotros da un sentido a su vida, pero éste va cambiando en función de la edad. Como por ejemplo: para un adolescente el amor romántico, la expectativa de un futuro prometedor, salir con los amigos... serian motivaciones para vivir. En cambio para una persona de 80 años sus recuerdos del pasado serían sus mejores aliados para la última etapa de la vida… Más que un “sentido” sería lo que nos hace que queramos seguir viviendo: ilusiones, sueños, sentimientos, objetivos,... Pero, realmente no entiendo qué sentido tiene el que millones y millones de seres humanos estemos en un globo terrestre creando, destruyendo, compitiendo, procreando,… rodeados de un universo infinito y sabiendo que algún día encontraremos el mismo destino: la muerte. Y por muchas respuestas que encontremos nadie sabe nada. Desde luego, si lo miramos así es para volverse loco.
Entonces la vida se convierte en un camino de fe. Cada uno elige en que creer, e incluso los que no creen en nada están eligiendo creer en ellos mismos. Por lo tanto, me doy cuenta que la fe es lo que mueve el mundo. Lo que ocurre es que cada persona cree en algo distinto y defiende su motor de vida sea cual sea a capa y a espada.
En fin, que nadie tiene la verdad absoluta. Pero en lo que estaréis de acuerdo conmigo es que todos deseamos lo mismo: sentirnos felices.
¿Y en que creo yo? ¿Os preguntaréis?
Yo creo que la vida es como una ensalada de incertidumbre mezclada con esperanza y aliñada con unos cuantos aprendizajes.
Autora: Susan Ávalon.

1 comentario:

  1. Enhorabuena por tu blog, primi. Te deseo que sea un blog de muchas inspiraciones, encuentros, visitas,... Esta entrada me gusta mucho. Beso,

    ResponderEliminar