No existía ninguna fuerza que frenara mi viaje,
ni motivación que la parase.
Como caballero sin rumbo con un denso equipaje,
más no podía ver a través de la máscara de mil cristales.
Lágrimas de escarcha cubrían mis ojos.
Ojos ciegos y secos sin vida.
No había destino ni camino.
Marea de dudas y gaviotas hambrientas.
Perdido entre miedos y fantasías,
encuentros y despedidas calmaban mi vacío.
¿Ya no hay nada más? ¿Lo he experimentado todo?
¿Mundo inventado o demasiadas mentiras?
No logro conectar con mi verdad.
La vida me frena de un golpe.
No lo vi venir, solo sentí el dolor.
No veo el oasis. No sé lo que quiero.
¿morir o vivir? Me atrapa el miedo a sentir, a dejarme llevar.
Mis dudas me atrapan.
Perder el control y ceder ante la mujer es una aventura demasiado arriesgada.
Podría morir en el intento."
¿Caballero sin alma o falso caballero?
¿Caballero sin alma o falso caballero?
Los pensamientos de Roberto daban vueltas sin cesar en su cabeza creando poemas de eternas dudas. Dudas que materializaban una realidad de soledad y un sin sentido de la existencia. El personaje y el hombre estaban tan unidos que ya no podía distinguir quién era él.
¿Qué mujer hoy en día no se ha encontrado con un hombre así? Un hombre que en apariencia goza de madurez y por dentro es un niño inseguro. Esos hombres que no tienen claro lo que quieren y juegan a ser casanovas para sentir esa seguridad que les falta. Falsos caballeros de 40 a 50 años buscando a la princesa de su cuento de hadas para ser rescatados de su propio vacío. ¡Todavía algunos quieren encontrar a Angelina Jolie o a Jennifer López! Son como vampiros nocturnos que buscan víctimas para aumentar su autoestima. O aquellos que a sus treinta y tantos juegan con el amor como adolescentes creando relaciones obsolescentes.
Realmente os digo que estos hombres con su actitud no sólo crean desamor y desconfianza en las mujeres también generan en sí mismos un vacío que los condena a sentirse inmensamente solos y asustados.
Os cuento ésto porque me entristece ver a tantas mujeres desilusionadas con el amor y a tantos hombres maravillosos que no pueden entrar en esos corazones que han roto esos falsos caballeros. A lo largo de mi vida he conocido a mucha gente y por lo tanto he sido espectadora de muchas relaciones de pareja. Y he llegado a una conclusión que el amor verdadero es lo único que merece la pena. Es lo que da sentido a nuestras vidas. Cuando ves a una pareja que se ama algo muy dentro de cada uno grita "si existe". Entonces vuelve la esperanza y con ella su inseparable aliada: la paz.
Dejemos que esa esperanza entre en nosotros.
Dejemos de tener miedo a mostrarnos vulnerables y amorosos.
Dejemos de fijarnos en los que nos separa y empecemos a mirar lo que nos une.
Ah! y no olvides una cosa: cualquier acto de amor hacia ti mismo o hacia cualquier persona nos pone en el camino.
Autora: Susan Ávalon.
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